No sé exactamente para qué me necesita o para qué le necesito yo a él. Llevamos días comiendo lo que pillamos de ultramarinos, gasolineras y pakis, así que no es que mi dieta haya evolucionado demasiado desde que le conozco, salvo el fin de semana que pasamos en su casa. Y tampoco sé quién le ha dicho que él manda, creo que tendríamos que tener una conversación un día de estos.
El otro día vi un vestido precioso para Eva. Rompí el escaparate de la tienda y me lo llevé. Estuve pensando en unos zapatos y en un bolso, pero no tengo ni idea de qué cosas podrían gustarle. Me sentó mal pensar que tal vez no sea de llevar vestidos, tal vez prefiera unos tejanos y una sudadera. Primero debería pensar en la ropa interior, más que nada por una cuestión de higiene y de comodidad, pero de momento ya tengo el vestido. La verdad es que no me atrevo a dárselo, no quiero que se piense nada raro. Lo hago por el frío, simplemente por eso. Se lo comentaría a Johnny pero la verdad es que no hablamos mucho, y prefiero no compartir mucho el mérito, por si acaso. Por ahora seguiré practicando lo de hacer puentes, me pareció ver una furgoneta unas callas más para allá.
Jordi
--